El baile de la artesa, identidad de los afromexicanos
El baile de la artesa, considerada la madre de las danzas afromexicanas, se mantiene como parte de las tradiciones de los pueblos negros y se sigue tocando con instrumentos rudimentarios. Este baile, que forma parte de la identidad de los afromexicanos, estuvo a punto de perderse debido a que uno de los instrumentos indispensables para tocar los sones, que es el violín, por su alto costo no puede comprarse fácilmente por los músicos quienes son de escasos recursos económicos.
Mohamed Molina, director de Cultura municipal, dijo que el baile de la artesa es 100 por ciento africano y es lo que se alcanzó a rescatar de esa “negritud” que vino de los esclavos del continente africano.
“El Baile de la Artesa es como la madre de todas las danzas africanas que tenemos”, precisó.
Explicó que es en las comunidades de San Nicolás, perteneciente al municipio de Cuajinicuilapa y El Ciruelo, Oaxaca, donde se conserva el baile de la artesa y sólo dos agrupaciones cantan y tocan los sones, como los hermanos Efrén Noyola, Tiburcio Noyola y Efrén Mayren Santos.
Añadió que es muy natural verlo bailar y tocarse en bodas y fiestas de los pueblos afromexicanos.
El director de cultura de esta localidad, considerada la perla negra del pacífico, expresó que éste se sigue tocando con instrumentos rústicos como es el cajón de madera forrado por piel de venado, una guacharasca conocida como palo de lluvia, un violín y un arpa, que han sido sustituidos por la armónica y guitarra.
“La artesa es un baile más rustico y es la esencia de lo más antiguo de las danzas y lo más añejo, así como lo más africano que tenemos en estas costumbres”, manifestó.
Comentó que, con el baile de la artesa, se enamoraba a las mujeres y arriba de un cajón de madera de parota y labrado una figura de un caballo, vaca u otro animal, se subía la mujer y el hombre, ambos descalzos para sacar sus mejores pasos y movimientos para lograr conquistarse mutuamente.
“Ha sido un poco difícil conseguir ese instrumento (violín) ya que es muy costoso, pero este baile tiene mucho tiempo y se baila en las bodas, fiestas, además se enamoraba a las mujeres y a los nombres”, anotó.
Durante el baile arriba del tronco de madera, se da una pauta en la música donde se pueden decir versos.
“Si estas en plan de enamoramiento puedes hacer unos versos románticos en caso de que haya rechazo también se vale el rompimiento y empiezas decir versos un poco ofensivos con palabras altisonantes y como forma parte de la cultura lo tenemos que hacer los afromexicanos”, abundó.
Para rescatar este baile, en el municipio de Cuajinicuilapa, la dirección de Cultura realiza encuentros durante el Festival Afro, que se celebra los primeros días de noviembre.
En ese encuentro participan grupos de danzas, conformados por alumnos de preparatorias, que muestran coreografías apegadas al tradicional baile y para acompañar con la música y los sones asisten los maestros Efrén Noyola, Tiburcio Noyola y Efrén Mayren Santos.
El funcionario municipal pidió a las autoridades estatales y federales de cultura que ayuden a rescatar esta danza tradicional de los pueblos negros.
Insistió que el principal problema por el que se está perdiendo la artesa ha sido el violín.
“Es un instrumento un poco caro y está perdiendo fuerza por ese lado, incluso que en lugar de violín se está utilizando un requinto y no es así”, señaló.
También hubo poca difusión para enseñarlo a los jóvenes y poder seguir la tradición.
Mohamed Molina, quien además cuenta con un grupo musical–cultural que se llama “Keleles”, dijo que han rescatado el ritmo de la artesa pero lo tocan con la armónica.
“En mi grupo, el violín lo sustituí con la armónica que se usa en la danza de los diablos, incluso hay un disco. Yo metí un proyecto en el 2015 que maneja Culturas Populares, ahí incluye dos canciones de artesa pero tuvimos que sustituir el violín”, explicó.
Consideró que, a título personal y como un amante de la cultura guerrerense, están tratando poco a poco de rescatar y mantener la música y el citado.
“Poco a poco lo vamos a ir logrando, pero si necesitamos de mucha ayuda, lo digo como particular”, añadió.
Manifestó que en la comunidad de San Nicolás, donde nace la artesa, se toca con instrumentos muy rústicos y autóctonos, y también en El ciruelo, de Oaxaca.
Comentó que éste es una de las pocas cosas que se rescataron de los negros de África, aunque por un tiempo esta danza fue desplazada por la chilena, que también es conocida en los pueblos afromexicanos.
“Hay una historia de que en esta zona (Cuajinicuilapa) ya había negros que llegaron en la Nao de China y aquí se siguió con esa tradición. Con la Independencia de México vinieron unos soldados chilenos que provocó un poco que la artesa se opacará, y se instalaron en estas costas y empezaron a tocar su música que se asemeja a la artesa”, relató.
Mencionó que los músicos Efrén Noyola, Tiburcio Noyola han dedicado su vida a los sones del baile de la artesa y recordó que este último fue ganador del premio nacional de ciencias y artes en 2001 y ha luchado por el rescate de esta danza.
Los hermanos Noyola, durante el encuentro del baile tocan sus instrumentos y cantan las canciones para acompañar esta danza afromexicana.
Sin embargo, para Efrén Mayren Santos, quien es de la comunidad de El Ciruelo, Oaxaca vio la artesa cuando era niño y se perdió la tradición.
Dijo que de joven él quería volver a bailar la artesa y visitó la comunidad de San Nicolás para aprender de nuevo y llevar el conocimiento de esta danza de la comunidad afrometiza a su localidad.
“El Fandango de la artesa ya estaba muy olvidado, pegó mucho en el siglo XVI y de ahí se viene el siglo XX y se perdió porque entro la música de viento, pero era primordial escuchar la música de la artesa en todas las fiestas de cualquier índole y si ésta no estaba quería decir que no era fiesta”, refirió.
Cuando se hizo el rescate de la danza de la artesa, primero fue en San Nicolás, luego Tapextla y por último en El Ciruelo.
“Estamos tratando de que no vuelva a perderse la artesa y estamos motivando a la juventud. Los maestros de danza están inculcando a los jóvenes este baile y que no se pierda las tradiciones”, precisó Efrén Mayren.
Recordó que cuando empezó a rescatarse, tuvo el privilegio de viajar a Estados Unidos para tocarla.