Costa Rica, pequeño paraíso que contagia alegría
La tierra donde la biodiversidad impresiona, la naturaleza se respeta y la cultura se comparte
Por: Víctor Estrella
Había escuchado infinidad de cosas relacionadas con Costa Rica, lo cierto es que cada año en mi crecían las ganas de viajar a esas tierras centroamericanas, pero estaba tan concentrado en el trabajo, que no me daba el tiempo para reservar un espacio en la agenda y materializar ese viaje. De pronto, una mañana, mientras vaciaba la papelera de mi email, me topé con que una aerolínea mexicana anunciaba una nueva ruta directa Guadalajara–San José, era mi oportunidad, así que no me la pensé dos veces, simplemente escogí una fecha y de inmediato mi cuerpo ya quería ponerse el traje de baño.
Tuvieron que pasar cerca de dos meses después de la reservación de los vuelos para que yo recordara que tenía un viaje programado, fue entonces que comencé la búsqueda de un hotel y, con ello, la experiencia de descubrir Costa Rica.
La capital San José es la suma de cinco distritos que se encuentra prácticamente al centro del país. Uno imaginaría una gran ciudad, pero en realidad es muy pequeña, lo que la hace parecer grande es que está unida con otras ciudades como San Pedro, Escazú, Pozos, San Antonio o Alajuelita, así que si usted encuentra una buena opción de hotel cuya dirección ya no pertenece a San José, no se preocupe, prácticamente todos los hoteles se encuentran a no más de 15 ó 20 minutos de distancia unos de otros.
El día llegó y mi viaje coincidió con las vacaciones de Semana Santa, así que sobra decir que los aeropuertos estaban saturados y tuve algunos cambios de itinerario, por lo que después de casi 12 horas de vuelo, por fin pisé suelo costarricense.
Para vacacionar en Costa Rica, los mexicanos no necesitamos ninguna VISA especial, solo nuestro pasaporte mexicano con una vigencia de, por lo menos, seis meses y muchos dólares americanos. Aunque la moneda de los ticos son los colones, el turismo representa 8 por ciento de la economía del país, por lo que prácticamente en todos los establecimientos te recibirán los dólares; eso sí, el cambio siempre será en la moneda nacional.
El clima que me recibió era espectacular, se respiraba en el ambiente la gran combinación de bosques tropicales y selvas, pero poco tiempo tuve de disfrutar esa sensación, pues tenía que tomar una decisión: abordar un taxi rojo o naranja; analicé la cara de los conductores y el que parecía más amable tenía un taxi naranja (ya después supe que eran los más caros, pues sólo trabajan en el aeropuerto, el viaje de unos 20 minutos para llegar a mi hotel en pleno centro de San José me costó 40 dólares). Sin embargo, el costo del taxi valió la pena, parecía que en lugar de un conductor de taxi había contratado un guía de turista.
Don José me dio recomendaciones de los mejores lugares para visitar, los restaurantes elegantes y los de calle en donde había mejor sazón, me dio una clase rápida de política, pues justo se estaban preparando para la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales y había todo un revuelo en la ciudad. Yo no tenía más de media de hora de haber llegado a Costa Rica y ya había sido testigo de la buena vibra, lo sangre liviana y lo hospitalario de su gente.
Encanto natural
Costa Rica es una mezcla de un sol potente, de hermosas playas en las costas del Caribe, pero también del pacífico, es la intensidad de sus volcanes, es tierra donde nacen frutas exóticos y dueña de una biodiversidad que impresiona. En tiempos donde el calentamiento global nos alcanza, saber que existe un país que respeta tanto la naturaleza, es un soplo de esperanza para la vida. Una cuarta parte del territorio tico son selvas protegidas y el 100 por ciento de la energía que utilizan proviene de energías naturales.
Dediqué todo un día para caminar por las calles de San José, para conocer sus museos, la catedral, los edificios históricos, políticos, sus teatros o la gran cantidad de parques en los que se palpa la importancia de la cultura. Si visitan esta ciudad, no dejen de conocer el Museo Nacional de Costa Rica, el Museo de Arte Contemporáneo, el Castillo Azul (sede de la asamblea legislativa), la plaza de la Cultura y el Parque Metropolitano La Sabana (los domingos).
Cocina auténtica
Todas las actividades que se realizan en Costa Rica requieren mucha energía, por lo que comenzar el día con el típico Gallo Pinto, una mezcla de arroz y frijoles condimentados con salsa inglesa, acompañados de huevos y tortillas palmeadas; una porción de frutas tropicales, como mango, papaya, sandía, piña o melón; un jugo de naranja, y el respetado café de granos costarricenses, es imperdible.
Ya para la hora del almuerzo, lo más común es el llamado Casado, una porción de arroz blanco al vapor, frijoles negros, verduras en ensalada y proteína, que casi siempre es pollo porque es un alimento que no tiene impuestos, ¡ah! Y no olvidar el plátano maduro para darle el toque dulce; o bien, la aromática olla de carne, que es un caldo de carne con hueso y verduras de la zona, como zanahoria, papa, yuca, chayote, ñampi, elote, ayote y tiquizque.
Todos los platillos del almuerzo se acompañan de jugos de frutas con agua. Yo probé el de maracuyá, de guanábana, de mango y de piña. Si en México son deliciosas, en Costa Rica el sabor es mucho más intenso y dulce.
Turismo de aventura
Costa Rica ha desarrollado un práctico sistema de tours de un día para que los turistas tengan oportunidad de admirar todas sus bellezas; yo tomé tres de ellos. Voy a prescindir de hablarles del parque Nacional Manuel Antonio, que es un destino de playa muy famoso, simplemente por falta de espacio, pero todos tienen su propio encanto.
Yo les recomiendo que no se pierdan el Parque Nacional El Arenal, pues podrán admirar el volcán activo más alto de Costa Rica que se eleva a mil 670 mts., y además, sumergirse en agua del río que baja hirviendo del coloso. En el Tabacon Thermal Resort & Spa, los ticos construyeron una serie de piletas de super lujo con aguas a 40 grados y en el que uno puede perderse todo el día para relajarse, pues el agua viene cargada con todos los minerales y propiedades del volcán.
Para cerrar con broche de oro, les recomiendo el tour de Isla Tortuga, donde viajarán cerca de tres horas por la única autopista que existe en el país y llegarán a Puntarenas, donde abordarán un catamarán para recorrer el Golfo de Nicoya con un mojito en mano. Nada como disfrutar de tomar el sol en las playas de arena blanca de la isla, hacer esnórquel mar abierto, rentar una moto acuática y probar un rico ceviche o las almejas criadas en la zona, mientras a lo lejos los mono araña gritan, los quetzales cantan, los ciervos bajan a tomar agua, o un puerco espín, que ya dejó de ser salvaje, te implora que le rasques la panza y lo entierres en la arena.
Definitivamente, viajar a Costa Rica es contagiarse de alegría, es reconectarse con el universo entero, es ¡Pura Vida!
Vive de Tour:
¿Dónde comer?
Restaurante Silvestre. (Calle 3A – Ave. 11 – 955 | Downtown, San José 10101, Costa Rica).
T/: +506 2221 2465
¿A dónde ir?
Parque Nacional El Arenal (La Fortuna – El Castillo, Provincia de Alajuela, Costa Rica).
¿Dónde dormir?
Hotel Presidente (Blvd Avenida Central | Calle 7, San José 2922-1000, Costa Rica). T/:
+1 877-540-1790
Lleva contigo:
Tu pasarpote con más de seis meses de validez.
Ropa ligera para caminar por la selva o andar por la playa.
Zapatos cómodos para caminar en la montaña y suelos húmedos.
Sombrero y lentes para proteger su rostro y ojos del sol.
Tip viajero:
Lleva tu dinero en dólares americanos, ya que prácticamente todos los establecimientos te los reciben, a pesar de que su moneda son los colones.
52 especies de colibríes aproximadamente son nativas de Costa Rica, por lo que la convierte en la capital del colibrí.