Entre sierras y bellas costumbres
Por: Thelma Gust Ramos
Asentados en medio de verdes bosques, los municipios de la región sureste invitan a perderse entre sus calles, vivir sus tradiciones y confirmar lo bonito que es Jalisco
A la mayoría de los municipios de la región sureste de Jalisco los distingue su clima frío, su inigualable olor a pino, sus hermosas casas de teja y cantera, así como sus enormes invernaderos de exportación de flores, rosas, para ser más precisos. Los diez municipios que integran esta región tienen una actividad económica importante y una industria que ha traspasado fronteras y conquista los bolsillos de quienes los visitan.
En esta región, se trabajan las piedras preciosas, como barita, talco, cuarzo y mármol; se siembra el maíz, la caña de azúcar, el garbanzo, la cebada y el sorgo; se fabrican sillas de montar y un sinfín de artesanías de ramas de pino, y se elaboran lácteos deliciosos y orgánicos, como la cajeta, quesos y el exquisito rompope.
Los municipios que conforman esta región son: Concepción de Buenos Aires, Jilotlán de Dolores, Santa María del Oro, La Manzanilla de la Paz, Mazamitla, Pihuamo, Quitupan, Tamazula de Gordiano, Tecalitlán y Valle de Juárez.
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Concepción de Buenos Aires
Rodeado de bosques, en la meritita Sierra del Tigre, Concepción de Buenos Aires es un municipio lleno de tradiciones, con edificaciones de antaño, que obligan a ser fotografiadas y que nos remontan a épocas ya idas; es un pueblo para caminarse y gozarse sin límites.
En su plaza principal, las enormes jardineras, un alto kiosco forjado de hierro sobre un basamento de cantera y el atrio de su imponente iglesia son protagonistas. En los portales están los comercios, que son atendidos por sus moradores que, con hospitalidad y calidez, atienden a las personas que llegan sin importar si son turistas o pertenecen al mismo pueblo, ese, que da la posibilidad de acampar en la sierra, pescar en alguna de sus presas y hacer turismo rural en la Ex Hacienda.
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Santa María del Oro
Sumido en la sierra, Santa María del Oro es un municipio con paisajes inspiradores. Rodeado de vegetación y con un clima frío que desciende desde la montaña, este municipio mantiene, casi intacta, la esencia de un pueblo de antaño. Sus casas de teja, calles sinuosas y empedradas, selladas por las huellas de caballos que a diario transitan, y sus fiestas patronales son toda una experiencia de turismo rural.
Si visitas Santa María del Oro, tienes que ir a El Salto Blanco, una cascada de encanto natural; debes visitar el Templo Viejo, la iglesia del pueblo; subir el Cerro de Valle Alto, que guarda leyendas y tradiciones locales, así como visitar el Cerro de los Bonrdonones o de las Cuatro Caras, con acantilados impresionantes.
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Mazamitla
Mágico en toda la extensión de la palabra. Mazamitla tiene un clima frío que, aunque en invierno arrecia, se disfruta sin reproche; sus bosques verdosos, adornados por preciosas cabañas, son el mejor escenario para saborear una bebida caliente, leer un libro y abrazar a quienes más queremos.
Las actividades recreativas en este municipio son infinitas. Puedes irte a las tirolesas en los distintos parques del pueblo, recorrer sus calles adoquinadas en cuatrimoto e ir en caballo a la Cascada del Salto, una belleza natural con una caída de agua de 35 metros de altura.
De Mazamitla no sales con las manos vacías, pues la cantidad de productos elaborados por los mazatlisences es basta; la cajeta, los quesos, galletas y dulces típicos de la región se vuelven un deleite para cualquier persona que visita este pueblo mágico.
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Tamazula de Gordiano
Su belleza por su situación geográfica, junto al río Tamazula, al pie del cerro de La Mesa y formando parte de la Sierra más imponente de Jalisco, le valieron para ser reconocida como “la Perla del sureste de Jalisco”.
Tamazula de Gordiano es cuna de famosos compositores de música vernácula, como los hermanos Záiza; fue un importante pueblo minero, y ahora, pieza importante de la economía de la región por el Ingenio Azucarero. Este municipio conserva sus antiguas haciendas, que guardan el esplendor de antaño; sus balnearios de aguas termales; lo variado y delicioso de su gastronomía, y sus hermosos templos coloniales.
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Tecalitlán
De este municipio emergió una de las leyendas de la música tradicional jalisciense que ha conquistado al mundo entero: el Mariachi Vargas de Tecalitlán. No es para menos reconocer que este bello municipio, asentado en la llamada Sierra de Halo, es cuna de la música de México.
Sin embargo, además de escuchar bellos sones, en este municipio también se pueden ver magníficas obras arquitectónicas, arte sacro, monumentos históricos y probar una destacada gastronomía. Entre sus riquezas naturales está la Presa Huiscalato, un vaso que permite la pesca deportiva; la Cascada El Chorro, una bella caída de agua que se enmarca con el verdor de la Sierra, y la Gruta Puente de Dios, una magnífica formación que deja ver sus grandes estalactitas y un domo natural que ilumina su interior.
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